No cabe ninguna duda de que el packaging es un elemento fundamental hoy en día a la hora de hacer un producto más atractivo, pero recientes estudios van más allá y señalan que podría también influir en la forma en que se perciben los sabores.
El packaging puede influir en el modo en que percibimos el sabor de determinados productos y no hablamos de que se transfieran algunos sabores desde el propio packaging al producto, sino que nos referimos a que influye sólo desde el punto de vista de la percepción, aunque el sabor no cambie realmente.
Esto es lo que nos dicen algunos estudios recientes, como el que se está llevando a cabo en la prestigiosa Universidad de Oxford por el profesor en psicología experimental Charles Spence.
La investigación del profesor Spence se centra en los diferentes elementos que rodean al producto como la forma, el color o incluso el sonido, representados en su packaging y cómo son capaces de alterar la percepción del sabor que los consumidores tienen.
Uno de los ejemplos más llamativos en este sentido fue el protagonizado por una de las marcas más importantes del mundo: Coca-Cola. En el año 2011 crearon una lata donde predominaba el
color blanco y que fue desarrollada con fines benéficos para recaudar fondos a favor del oso polar.
Aunque la Coca-Cola no cambió ni un ápice su formulación, la gigante de los refrescos recibió innumerables quejas por parte de muchos consumidores que decían que la Coca-Cola sabía diferente.
La conclusión a la que llegaron los responsables de la compañía fue que había sido simple y llanamente el cambio de color de la lata lo que había producido este efecto en sus consumidores.
La realidad es que los expertos en marketing y sobre todo los especializados en diseño gráfico, ya saben del poder que tiene el packaging a la hora de llegar más eficientemente a sus clientes y de cara a poder transmitir los valores de la marca, por lo que se convierte en un elemento decisivo en la decisión de compra.
Por eso se empiezan a utilizar cada vez más las llamadas técnicas de neuromarketing, mediante las cuales, al emplear en el packaging determinados colores, ciertas tipografías o colocando imágenes en lugares estratégicos dentro del mismo, se consigue el consumidor perciba el sabor del producto de la forma que el fabricante desea.
Estudios en este sentido se han realizado muchos y al final todos vienen a dar la razón a esta afirmación de que el packaging influye en el sabor percibido.
Así por ejemplo en el mundo del vino, los fabricantes cada vez cuidan más el etiquetado de sus botellas, ya que han podido comprobar como el color de las mismas influye en la percepción de determinados aromas. De hecho uno de los autores de un estudio en este sector decía que «la nariz huele lo que el ojo ve».
Mas ejemplos: ¿Sabíais que el café sabe hasta 2 veces más intenso servido en una taza blanca que en un vaso de cristal? y hablamos del mismo café claro… son percepciones.
No se si os habréis fijado, pero casi todas las galletas vienen envasadas en un plástico que cruje al tocarlo o al apretarlo en la mano, pues también parece demostrado, que mientras más cruja el envoltorio más crujientes nos van a parecer las galletas.
Seguro que si os ponéis a pensar se os ocurren otros casos en los que el packaging puede llegar a modificar vuestras percepciones sobre el sabor del producto…¿nos contáis alguno?