Si te gusta el diseño gráfico y haces tu pinitos en este mundo con mayor o menor experiencia en el uso de programas tan conocidos como Photoshop, una de las primeras cosas que debes aprender son los modos de color.
Imaginemos que acabas de instalar Photoshop en tu ordenador y tu, todo decidido, decides que vas a empezar a desarrollar tu creatividad en el diseño gráfico o el retoque fotográfico con este programa…
¿Que haces primero? Pues nada, crear un nuevo documento, se te abre una ventanita delante de tus narices, le das un nombre al documento, defines el tamaño… y de repente te encuentras con la pestaña «modo de color» y puede que aquí empiecen tus dudas: ¿RGB, CMYK, Lab…?
Tranquilo, no es nada complicado, pero es algo muy a tener en cuenta, ya que de lo contrario nos podemos llevar sorpresas desagradables con nuestros diseños…
¿Que quiero decir cuando hablo de sorpresas desagradables? Pues sólo un ejemplo muy sencillo:
La foto de bautizo de tu hijo: Acabas de bautizar a tu hijo y tienes un montón de fotos chulas, así que decides a modo de recordatorio imprimir una de ellas y dársela a tus familiares y amigos.
Como tienes Photoshop decides añadir un texto a la foto, no puede ser difícil ¿verdad?. Escribes «Bautizo de Miguel, Marzo 2016» guardas como jpg y ala, listo para imprimir. Pero no te has fijado en el tema de los modos de color y lo has guardado en modo CMYK.
Llevas orgulloso tu trabajo a la zona de revelado de fotos de Media Mark o similar y cuando vas a recoger tus fotos lo que tienes es una obra picassiana… Igual tienes suerte y hasta te devuelven el dinero pensando que ha sido un error suyo, pero la realidad es que las máquinas de revelado de fotos funcionan con imágenes en modo de color RGB y como la tuya iba en modo de color CMYK le has creado un problema.
Esto es un ejemplo de andar por casa, pero imagina ahora que trabajas para una empresa y cometes un fallo de este tipo en una tirada de por ejemplo 10.000 flyers y que podría ser un error a la inversa, como la de enviar un trabajo en modo RGB para una impresión offset que está optimizada para el modo CMYK… ¿el problema es mucho mas gordo verdad?
Así que para los más nóveles en esta materia os voy a definir cada modo de color y sus principales usos:
Modo de color RGB
RGB son las iniciales de Red, Green y Blue (rojo, verde y azul en español) y es un modo de color aditivo, ya que el blanco se obtiene por la combinación de los 3 colores rojo, verde y azul en sus máximos valores. Me explico: para cada uno de estos 3 colores primarios se puede definir un valor que va entre 0 y 255 y cuya combinación nos da diferentes colores secundarios.
Por eso el blanco sale de la combinación R=255, G=255 y B=255, mientras que el negro es R=0, G=0 y B=0.
Este es el modo de color utilizado por excelencia en los monitores y en las imágenes digitales, es decir que para tus redes sociales, para una página web, para una revista digital… es el modo adecuado. Además el modo de color RGB también es el usado en el revelado de fotos y puede utilizarse en la impresión digital.
El problema usar el modo RGB en impresión es que en cada monitor se va a percibir de una manera diferente (en función de las propias características de dichos monitores) y el resultado impreso puede ser diferente al deseado o al que nosotros veíamos en nuestra pantalla.
Modo de color CMYK
CMYK son las iniciales de los colores en inglés para Cyan, Magenta, Yellow, Key (cyan, magenta, amarillo y negro). El cyan es un azul celeste, el magenta tiene un cierto tono rosado y puede que os
preguntéis ¿por que usan K de Key y no B de Black? Pues para no crear confusiones con la B del modo RGB. El término Key es la forma corta del key plate que no es sino una placa maestra que imprimía el detalle artístico de una imagen y que normalmente iba en tinta negra.
Aclarado esto, este modo de color es también conocido como cuatricomía ya que se compone de 4 colores y es un modo de color de sustracción, ya que al contrario que el RGB, el blanco se obtienen por la ausencia total de color en cada uno de estos 4 colores, que pueden tomar valores del 0 al 100. Así que en este caso el blando se representa en CMYK como C=0, M=0, Y=0 y K=0.
Este modo de color es el que se usa preferentemente en la impresión offset, permitiendo unos ajustes de color muy fieles a lo deseado por el diseñador. Si alguno quiere saber lo que es la impresión offset aquí os dejo un enlace de la wikipedia, que no quiero alargarme mucho 😉
Modo de color LAB
El modo de color LAB y lo que representas sus singlas es la combinación de luminosidad (L) con las gamas de color que van del verde al rojo (A) y las que van del azul al amarillo (B).
Este modo se creo aspirando a ser un punto intermedio entre los modos RGB y CMYK, ya que se supone que representa de forma fiable los colores tanto en pantalla como en impresión, debido a que representa una gama de colores más amplia y es independiente del monitor o pantalla en el que se muestre, pero la realidad es que este modo se usa bastante poco.
Modo de Escala de Grises
Como os podéis imaginar por el nombre este modo de color da a las imágenes un aspecto de fotografía en blanco y negro. En este caso se compone de un único canal que otorga a cada píxel un valor de gris que va desde el 0 (que representaría el negro) hasta el 255 (que representa el blanco), utilizado con una profundidad de 8 bits.
Modo Mapa de Bits
También cuenta con un solo canal que otorga a los pixels de la imagen o el valor negro o el valor blanco únicamente. Los resultados son por lo tanto muy pobres, pero también da lugar a documentos menos pesados, por lo que se usa muchas veces para iconos que se usan a nivel de páginas web o similares.
A modo de resumen yo diría que para trabajar la imagen digital uséis siempre es el modo RGB, ya que al fin y la cabo es el que emplean todos los dispositivos que componen los colores basándose en la adición de luces emitidas por los distintos elementos que generan el color (como monitores, proyectores, cámaras…). Mientras que si vais a imprimir algo yo siempre recomiendo el modo CMYK para asegurar (ya sea impresión offset o digital), aunque si tenéis dudas lo mejor es consultar siempre al profesional de la imprenta y así seguro que no os equivocáis.